Este es quizás el más conocido de todos y uno de los fundamentales para el buen funcionamiento del vehículo. El aceite para motor no solo debe comprobarse cada cierto tiempo, sino que se ha de cambiar cuando ya no está en buenas condiciones, pues de lo contrario podrían darse averías graves. Igualmente, si está por debajo o por encima del nivel adecuado, también tendrá consecuencias funestas para la mecánica del coche.
El primer paso para revisar el nivel del aceite es abrir el capó del coche, pues allí es donde se encuentra tanto la varilla para comprobarlo como la apertura del propio depósito. A continuación, con el coche ya frío (no lo midas cuando acabes de conducir, pues el calor provoca que el nivel parezca más alto), saca la varilla de medición que generalmente en los coches más modernos tiene una anilla para que te sea más sencillo. La verás llena de aceite, así que límpiala con un papel y vuelve a introducirla en su cavidad. Después, vuélvela a sacar y comprueba que el nivel se halla entre la parte que marca el mínimo y la que apunta el máximo.
En caso de que esté por debajo, lo mejor será que acudas al taller, aunque también puedes rellenar el depósito con aceite nuevo (de las mismas características que el que echaras en su momento). Eso sí, si resulta que pusiste demasiado o ves que supera la marca superior, deberás llevar tu coche al mecánico para que extraiga el sobrante.Aparte del nivel que marca la varilla, es interesante que observes el color del propio aceite ya que es un indicador inequívoco de cuál es su estado. Así, si aún tiene un tono tirando a dorado, es que está limpio. Sin embargo, si comienza a tornarse marrón, lo mejor será que vayas pensando en cambiarlo… y si es casi negro y no huele bien, encamina tus pasos al taller porque urge cambiarlo. |
Otro de los niveles que tienes que vigilar regularmente es el del refrigerante, clave para que el coche no se sobrecaliente y se produzcan averías peligrosas que acabarían prácticamente con la vida del motor y otras partes mecánicas esenciales.
Este líquido (normalmente de color llamativo que facilita la visibilidad del mismo) está compuesto por agua destilada y por anticongelante y, al igual que en el caso anterior, su entrada se sitúa bajo el capó, cerca del radiador. Para comprobar si está en los baremos que debe, solo hay que fijarse en si llega a la marca que el propio depósito (generalmente translúcido) presenta.
Si está por debajo, deberás echar el mismo tipo de refrigerante que hay y no pasarte de dicha marca. En cambio, si está muy por encima, lo mejor será que te acerques al taller, pues podría ser indicativo de una avería o simplemente supondría un peligro cuando el líquido se caliente, porque podría salirse. En este punto cabe recordar que nunca compruebes el nivel de refrigerante con el coche caliente o en marcha porque es muy peligroso y podrías quemarte. Para hacerlo, el motor debe estar frío y en reposo.
Cuando el líquido exceda los 20.000 o 30.000 kilómetros, dará igual si está en sus niveles o no, pues habrá perdido sus capacidades y lo mejor será cambiarlo. |